Nace en Santander (Cantabria). Sus primeros pasos por el mundo de las artes los realiza de la mano de su madre Margarita Godoy, copista y pintora autodidacta, con la que aprende y perfecciona el dibujo al carboncillo. En los años ochenta conoce a la reconocida ceramista Rufina Agüero, quien se convertirá en su principal maestra en su andadura por el camaleónico mundo de la cerámica.
En los noventa, marcha a Cataluña y estudia en la Escuela-Taller en Llers, dirigida por su maestro de torno Ramón Fort. En ella, realiza con Carlos Bataller estudios de esmaltes al fuego, investigando sobre las reacciones químicas en las pastas cerámicas y en los vidriados de baja temperatura. Aprende a trabajar como los antiguos tinajeros el “urdido” de la tinajería árabe en su origen con el maestro Daniel Caselles. Con el maestro indú Wali Hawes realiza distintos aprendizajes y experimentaciones con instalaciones horno-fuego y horno-pieza, siempre con el fuego como protagonista al que su maestro Wali considera el alma de la cerámica.
Viaja a Italia y en Faenza estudia la técnica de la escultura en arcilla dentro de la técnica de la terracota. Conoce a la ceramista japonesa Rumiko Matsui con la que compartirá conocimientos y experiencias en la técnica del rakú.
En el 2004, realiza su primera exposición en solitario en el Gran Casino de El Sardinero de Santander con una colección de veintisiete esculturas “De la mar y otras cosas” con la que obtendría un rotundo éxito.
En las "Guerras Cántabras" del 2007, Fiestas de interés regional que se celebran en los corrales de Buelna, realiza su segunda exposición en solitario con una colección de estelas de gran formato con esculturas en relieve de escenas de Cántabros y Romanos.
Ese mismo año, obtiene de la Fundación Premios Mayte con una obra titulada "Acto I" figurativa y simbólica representando en ella el mundo del teatro el premio Mayte de Escultura. Obra que sirvió de galardón para el I premio de Teatro Mayte de Cantabria que sería otorgado al actor y director catalán José María Flotats.